miércoles, 11 de julio de 2018

Inundada.

Quiero llorar,
quiero pegarme tantas veces para así romperme en pedazos,
quiero llorar para desahogar toda la pena que siento,
todo el dolor, todo el sufrimiento.
Quiero llorar hasta que se me hinchen los ojos y se me seque el alma.
Quiero poder romperme la mano contra la pared, y no sangrar.
Quisiera gritar en el medio de la nada, 
hasta desgarrarme las cuerdas vocales, 
y poder ver si así siento vacío el dolor que tengo en el pecho,
que me consume cada días más, y más rápido.
Quiero cerrar los ojos y poder ver un final feliz,
un final inesperadamente feliz.
Estoy inundada de emociones,
tristes, felices, de fracaso, pero nunca de victoria.
Quisiera poder hacer algo bien por una vez en la vida,
que todo me salga de la manera en que la pienso,
poder rendir bien,
poder estar animicamente bien,
poder pasar de año, 
dejar de preocuparme en qué pasará si no apruebo,
si voy a tener que cambiar de carrera,
empezar a trabajar, o dejar todo.
Quiero romper todo, 
quiero dejar de sentir un rato,
dejar de ser una bomba de emociones a punto de estallar.
Quisiera tener una puerta para que entren y vean.
Para que entiendan.

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