miércoles, 21 de marzo de 2018

Autoestima.

Veo mi reflejo en el espejo,
Y no me gusta lo que observo, 
Me molesta cada parte de él, 
No puedo apreciar nada que me agrade.
Hay días que nada de mí me gusta,
En que odio todo,
En que extraño cómo era antes,
En los que me duele verme al espejo.
Hay días en los que lo único que veo,
Son los defectos que me dicen que tengo,
Las cosas que no me gustan, 
Que me encantarían cambiar.
Veo mi reflejo y lo único que puedo hacer es,
Compararme con mi yo de años anteriores,
Lo único que me alivia es llorar,
Sola en la cama,
Sola en el baño
Mientras el agua cae sobre mí, 
Mientras pienso en cómo cambiar.
Pero, después hay otros días,
En los cuales lo único que hago es amarme,
Es quejarme de aquel estereotipo
Que tanto me duele,
Que tanto me hizo sufrir durante mi vida,
Durante la infancia, durante mi adolescencia.
Aquel reflejo que veo al lado del mío,
Diciéndome cómo debería ser,
Cómo debería verme,
Y cómo debería no quejarme de él.
Aquel reflejo que todos quieren, 
Y pocos pueden alcanzar,
Aquel estereotipo que tanto mata,
Tanto lastima, y que todos tenemos en nuestras mentes.
Hoy no es un buen día,
Volví a esos días en los que no podía ver nada más que oscuridad,
Hoy es uno de esos días en lo que me odio,
Uno de esos días que no me dejan pensar tranquila.
Hoy es hoy, hoy sufro, hoy lloro.
Pero, tal vez mañana vuelva a ser la misma,
La misma mujer fuerte que siempre quise ser,
Aquella que de a poco voy alcanzando,
Aquella de la que estoy más que orgullosa.
Esa mujer que se ama, a pesar de todo.
Sabiendo cada uno de sus falencias, se ama.
Porque aunque tenga días malos,
Tengo toda una vida en la que puedo amarme,
Y no depender de ningún estereotipo,
Ni de nadie que me diga que soy hermosa,
Porque para decírmelo estoy yo,
Y nadie más.


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